"Despojémonos de nosotros mismos y vistámonos de espiritualidad"

Se entiende por despojarte al acto de dejar algo voluntariamente, es desvincularnos de algo que hemos venido realizando, es un cambio concienzudo del estado actual en el que nos encontramos, es el desprenderse de determinados, hábitos, costumbres, actividades, o algún bien físico o intelectual que se posee.

En el plano espiritual la palabra despojarnos, nos invita a la acción y la búsqueda incesante de la transformación de nuestro propio "yo" por medio de Jesucristo, al querer voluntariamente desvincularnos de algo, exploramos profundamente cómo hemos estado llevando nuestra vida. Por medio de la intervención de Dios, nos es manifestado por el Espíritu Santo, cuáles son los cambios estructurales que debemos hacer en la nueva vida cristiana, Jehová nos muestra de forma clara aquellos hábitos y cosas que es conveniente dejar atrás, para que así, de a poco podamos empezar a transitar por un camino que le agrade a Dios y que nos lleve a ser partícipes de las promesas eternas que han sido hechas para sus hijos.

Encontramos en Efesios Efesios 4:22-24, las palabras del Apóstol Pablo que nos dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

Despojarnos de nosotros mismos significa dejar atrás nuestra vieja manera de vivir. Cuando conocemos y amamos a Dios, nuestro principal deseo es agradarle. Y es por ese mismo amor que sentimos por Él que nace de la propia voluntad del cristiano reconocer y renunciar a las actitudes y comportamientos que no agradan a Dios. Significa dejar atrás a la persona que antes eramos, renunciar a pensamientos y sentimientos que nos alejan de Jehová y a los deseos mundanos. Para vivir una vida en comunión con nuestro Creador.

La Biblia dice: en 2 Corintios 5:17 "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" En este versículo descubrimos la joya de la corona, entendamos que al decir "estar en Cristo", significa vivir en un mismo sentir en Él, dependiendo totalmente de Jesús, entregándonos absoluta y fervientemente, confiar en que nuestro Salvador nos ayudará a ser una nueva criatura y que al despojarnos de nuestro antiguo "yo" nos forma nuevamente en su verdad, amor, poder, justicia y santidad.

Renovar nuestro espíritu es esencial transitar por este proceso, ya que aquí somos moldeados o dados forma conforme a la naturaleza divina y santa de Dios. Es un cambio interno que nos transforma y nos alinea con la voluntad del Altísimo. Esta renovación nos permite ver al mundo y a nosotros mismos con una nueva perspectiva, una perspectiva que refleja la mente de Cristo y un nuevo sentir evocado por el Espíritu Santo, un sentir que nos inspira y nos guía al camino por el cual los que amamos al Padre debemos seguir.

Vestirnos de lo espiritual implica adoptar las características del nuevo hombre, es la parte ejecutora y vivencial de nuestro nuevo "yo" y de nuestra nueva vida en Jesucristo. Este nuevo hombre se manifiesta en justicia, santidad, misericordia y verdad. Vivir en el Espíritu, es vivir una vida de amor, servicio, humildad y entrega.

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